martes, 5 de octubre de 2010

Mis derechos, tus derechos, sus derechos, ...



Decía un sabio "tus derechos acaban dónde empiezan los míos".

El sábado transcurrió en Bilbao una manifestación en defensa de los derechos humanos, civiles y políticos, se celebraba porque diversos colectivos la convocaron debido a la prohibición de una anterior de la izquierda abertzale y sus nuevos amigüitos.

La marcha juntó a gente diversa, incluso a última hora se apuntó una representación del EAJ/PNV. Transcurrió sin novedades, aparentemente, claro.

El domingo pudimos saber que la representación del EAJ/PNV fue recibida al grito de traidores y españoles, Íñigo Urkullu, que no acudió, el domingo reprochaba que se les "engañó" con las verdaderas motivaciones de la marcha.

Suelen decir que para que haya un engaño, tiene que haber uno que lo ejecute y otro que caiga en él. No me gusta meterme en el funcionamiento de otro partidos, pero creo que hay gente en el partido de Urkullu que se deja engañar porque le conviene políticamente.

Xabier Lapitz, no es santo de mi devoción, en su blog, destaca que él fue otro de los engañados y destaca que cuando los voceros salieron a dar la charla fin de fiesta, sólo se hablo de sus derechos, cosa que por otra parte, es bastante habitual.

Personas que acudieron y/o convocaron, dejan de lado estos ataques o pasan de puntillas sobre ellos y dan mayor relevancia a las reivindicaciones. Señores, eso, no se puede permitir y si en una fiesta organizada por mí, se actúa de forma incívica, me haré responsable de ello.

Cada uno que saque sus conclusiones, yo no las necesito sacar, no creeré nada de lo que me digan hasta que den el paso definitivo y se desmarquen claramente de la banda mafiosa, como quieran, condenando la violencia, diciéndoles que lo dejen o haciendo un cese definitivo de la convivencia, hasta entonces, yo seguiré enfrente, igual que en su día me tocó que ellos se manifestaran enfrente mío pidiendo derechos que ya tenían mientras yo pedía que una persona fuera liberada y se le devolvieran sus derechos o una persona hubiera perdido su derecho fundamental, la vida.

Salu2

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