Cuando tienes alguien que te engaña sistemáticamente en el uso de la palabra, tiendes a no creer en su palabra.
Llega un punto en el que tu le pides hechos, pero ese alguien insiste en dar palabras, sean vía oral o escrita.
Yo, personalmente, no me creo nada de lo que dice ese alguien, a día de hoy. Desgraciadamente, cuando te engañan tantas veces, quieres meter el dedo en las llagas y tocar. Triste, ¿verdad?.
Eso si, a segundos de la enésima palabra, ya hay muchos que están pidiendo el oro y el moro, por unas palabras en un papel, pues que esperen, que el papel lo aguanta todo.
Salu2
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